Food4Future, la importancia del equilibrio
Según los organizadores de la feria, el desarrollo de la tecnología es muy valioso para el futuro del sector y innovaciones como el Big Data y el Blockchain colocan el foco en el protagonismo que tienen en la actualidad.
Sin duda, el tecnológico tiene muchas aportaciones que hacer al sector de la alimentación en general y al de la carne en particular. Por ejemplo, en instalaciones como Zubillaga-Oñati, la tecnología ha ido ganando presencia en los últimos años, entre otras cosas en cuanto a herramientas de trabajo o con el sistema de cámaras para garantizar el bienestar de los animales. Sin embargo, cuando hablamos de alimentación hay que ser conscientes de que establecer unos límites y que el equilibrio entre tecnología y tradición es imprescindible.
Discrepancias a flor de piel
Algunos de los agentes que conforman el sector de la alimentación han mostrado su rechazo a lo que plantea Food4Future, y durante los días de feria se han organizado diferentes protestas y concentraciones en el exterior de Bilbao Exhibition Centre.
El colectivo agroecológico Egurra y Kandela, Baserritarron Ahotsa y Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna organizaron una protesta en el exterior del BEC, ya que consideran que esta feria podía suponer una desconexión con la realidad de la cadena de valor de la alimentación en Euskal Herria. Por ejemplo, el hecho de que la web de la feria estuviera en inglés, demostraba que la iniciativa no se ajustaba a la tierra, y querían denunciar que alimentar la sociedad del futuro a través de la maquinaria no es sostenible.
Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna ha denunciado en un comunicado que la feria «Food 4 Future» tiene como objetivo atraer a las empresas que desarrollan la producción de alimentación sintética o de laboratorio, dejando de lado a los productores locales.
En este contexto, el Servicio de Sacrificio y Despiece Zubillaga-Oñati tiene claro que el futuro de la entidad está ligado a los productores locales, otorgando a su tierra el protagonismo que merece, y el resto de procesos productivos (incluidos los alimentos sintéticos) no encuentran acomodo en la misión de Zubillaga-Oñati.
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