Afrontando una situación de incertidumbre

El sector cárnico está afrontando una de las situaciones más difíciles vividas en los últimos tiempos. Los ganaderos están teniendo que hacer frente a los crecientes costes de producción y la rentabilidad de cada venta está cayendo mucho, a medida que el precio de las ventas se hace imposible subir en la misma proporción. En los últimos tiempos la viabilidad del sector ha sido mantenida por las exportaciones, pero esta tendencia no es sostenible a largo plazo.

El aumento de los costes soportados por el sector cárnico se manifiesta, entre otros factores, en el precio de la energía (un 344% más que en 2019), el transporte u otros impuestos como el plástico.

Los ganaderos están sufriendo dificultades en los procesos de producción.

Zubillaga sufre la tendencia del sector

El Servicio de Sacrificio y Despiece Zubillaga-Oñati está viviendo de cerca la crisis del sector. En los últimos tiempos el volumen de producción ha descendido de forma significativa, con un descenso mensual del 8%. Además, también es evidente que los animales que llegan a las instalaciones pesan menos al momento de sacrificio, ya que para poder reducir los costes de producción los ganaderos se ven obligados a reducir la cantidad de pienso. Somos conscientes de que la situación actual no es sostenible a largo plazo, porque el trabajo que da la cría de un animal no es rentable hoy en día para las y los baserritarras, y esto puede suponer una reducción del número de cabezas de vacuno u otro tipo de ganado en el País Vasco. Para hacer frente a esto, podemos decir que la mejor solución que tiene en sus manos el consumidor es consumir en ventas directas o en carnicerías tradicionales. La carne de venta directa afecta directamente a la rentabilidad del trabajo del ganadero, que como siempre asume la garantía de que la carne autóctona ha crecido y se ha sacrificado de forma adecuada.